sábado, 11 de julio de 2009

El fútbol, en fuera de juego

Sólo entendiendo el fútbol como el opio de la memoria justificaría el 'cristiano' verano blanco al que estamos asistiendo. Que en medio de la que está cayendo, decenas de miles de personas se congreguen para ver cómo unos chicos en calzones blancos besan el escudo de una camiseta del mismo color, es para converger en que se trata de una iniciativa casi humanitaria. Olvidar, aunque sólo sea por un rato, las dificultades de mucha gente para cobrar sus facturas, pagar sus hipotecas, que acepten sus curriculum o, incluso para comer, es de gran mérito. Por tanto, indiscutible misión terapéutico-mental la de Florentino y compañía.

Ese afán de opulencia que rige la estrategia del presidente pródigo es recibida con idéntica alharaca por parte de unos medios de comunicación más fascinados aún que la masa merengue y que, incluso, llegan a ratificar con un "y eso es verdad" (sospechoso a todas luces) las afirmaciones de los contratados que, tras ver solucionado el futuro económico de sus nietos, confiesan que eran blancos desde niños... hasta Cristiano Ronaldo, que tiene un cariz más bien moreno. O sea, que Dios, la naturaleza o el propio origen de la evolución humana les impregnó, en el mismo seno de sus madres, de un sello indeleble que se correspondía exactamente con el del escudo del mejor club del mundo.

Entendamos la pantomima: yo soy blanco de toda la vida porque voy a cobrar no sé cuántos millones a partir de ahora, y este es el mejor club del mundo porque se gasta más que ninguno y, además, hace ostentación de su plétora.

Aguardo ahora qué terrenos se van a recalificar, qué estrategia 'pelotazo' se va a llevar a cabo o a quién se va a presionar para que el Real Madrid no acabe como el 'Titanic' ("A este no lo hunde ni Dios", recuerden). Se me abren las carnes sólo de pensar que el año que viene el mejor equipo de Europa vuelva a ser el Barcelona. Y no sé qué conclusión sacar sobre las consecuencias.

Y es que, desde hace mucho tiempo, del mundo del fútbol en España estoy desengañado. Y así seguiré mientras que esa asignatura pendiente de nuestra democracia no se adapte a la normativa vigente. Mientras que el mundo del balompié continúe en fuera de juego y los árbitros hagan la vista gorda.

1 comentario:

  1. Creo que las dificultades de este país no las tiene que arreglar el Madrid sino un Gobierno que se gastó 45 millones en 45 misiles para unas maniobras.

    Pero estoy de acuerdo contigo en que no se deberían hacer esto actos desmesurados y estas orgías públicas, es decir, derrochar dinero por derrochar. Los fichajes se amortizan en el campo y no en espectáculos programados para exaltecer a las masas.

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