miércoles, 10 de junio de 2009

Mirada

Sabes que aquel día que incrusté sin rubor mi mirada en tus ojos fue el momento. Estás convencida de que ese segundo –¿o fueron dos?– en el que pupilas desafiaron a niñas abrió un espacio desconocido para mí, algo jamás experimentado. Desde entonces soy otro, y sólo vivo para recordar, imaginar, soñar…

¿Cómo trasladar a un trozo de papel esa sensación? ¿Hay palabras con las que describir una mirada definitiva para el resto de la vida de una persona? No. Es imposible. Y tú lo sabes, de ahí esa postura intransigente: “Dímelo por escrito”.

Extraordinaria tu artimaña para eludirme o desafiarme. Me pides que te cuente con palabras escritas lo más simple y hondo. Pretendes que le ponga flores en forma de arabescos a lo que te dejé manifestado proyectando mi vista en tu rostro: Te quiero. ¿Eres cruel o sólo procuras envasar una mirada en estas letras?

No hay comentarios:

Publicar un comentario